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¿AGUANTARÁ NUESTRA DEMOCRACIA ENVITES COMO EL DEL 15-M?


Algunos comentaristas no han dudado en señalar las protestas de la Puerta del Sol y otros lugares como un pequeño Mayo del 68 francés. Pero las diferencias entre ambos movimientos dejan a las protestas españolas en una mera algarada con tintes asamblearios y demasiado sectarismo entre sus acólitos. Quiero recordar que el mayo del 68 fue además una huelga general salvaje, donde los sindicatos apoyaron las protestas estudiantiles; hechos bastante alejados del comportamiento de los “apaniguados sindicatos españoles”: grandes beneficiados de la cultura de la subvención. Allí no hubo ni trasportes, ni comida, ni certeza de aquello acabase en un enfrentamiento fraticida y violento entre los franceses. Muchos residentes en la capital parisina se pertrecharon en sus casas en espera de otra guerra.
Quizás lo más coincidente entre ambas protestas es una situación de indefinición. Ambas se autodenominaban como “la voluntad popular”, sin haber sido refrendada en las urnas; así como la vertebración de las soflamas lanzadas en los “corrillos temáticos” de Sol.
En 1968 le decía Sartre a Daniel Cohn Bendit, “es que ustedes no buscan elaborar un programa, ni dar una estructura al movimiento. Les reprochan querer destruirlo todo sin saber qué quieren colocar en el lugar de lo que derrumban”.

Lejos quedan los intelectuales españoles de izquierda que se han mantenido junto al poder de Zapatero y a despotricar contra la “extrema derecha”, que se sienta en los mismos Consejos de Administración de las grandes empresas españolas. Sin embargo estos intelectuales no han ejercido ninguna influencia real sobre el poder político y económico. Al final tanta sumisión a los poderosos ha acabado por desdibujarlos en un mutismo propio de lacayos. La casi totalidad de estos progresistas de salón y sueldo inmoral certificarían su esencia utilizando las palabras de Upton Sinclair al definirlos de esta manera: “Soy de izquierdas porque critico a la derecha, no porque haya sido capaz de construir un discurso alternativo”.
Lo más triste de la ceguera de Zapatero, un diputado socialista al que le ha venido grande el cargo, y su círculo más cercanos ha sido no detectar el creciente malestar de parte de la población.
Los acontecimientos de la puerta del Sol, no es más que exponente público de la fractura de la izquierda tal y como se ha entendido en los últimos años; izquierda monopolizada a través de sus propiso medios de comunicación: televisiones, diarios, sindicatos, ONGs que tan buenos resultados electorales le han dado al PSOE.

La democracia española comienza a resquebrajarse al darse cuenta parte de la población que esta democracia al final se ha convertido en un pingüe negocio para la otra parte de la población. Corrupción, despilfarro, sectarismo, mentiras y confusión nos han llevado del desencanto al cabreo. Los partidos acabaron con las asociaciones de vecinos, los sindicalistas independientes o la libertad de expresión en los medios de comunicación. Ahora sólo se habla por boca del amo que nos ingresa la nómina en unos bancos usureros y que no pagan en propias carnes los desmanes que cometieron sus ejecutivos con el dinero de los impositores.
Los dos partidos mayoritarios y sus socios nacionalistas tienen ante sí una oportunidad histórica. O reforman la ley electoral y el sistema político o al final todo se degradará, pudriendo la vida cotidiana de los españoles.

2 comentarios:

  1. Reforma sí, ya. Un voto electoral en el País Vasco vale diez veces más que en Madrid, por ejemplo.
    Ya la revolución francesa decía: un hombre un voto. Hace más de dos siglos que alguien lo formuló, ¡y todavía no está en marcha!
    mira que somos lentos procesando buenas ideas los seres humanos. ¿Aprenderemos algún día?
    Sí, tal vez cuando se extinga la raza.
    ANDREA

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  2. No lo veo yo muy claro, este movimiento es a largo plazo y mirando a las elecciones generales del año que viene. Seguro que Rubalcaba está detrás de todo esto como en el 13 de marzo de 2004.

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