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QUIÉNES SOMOS, DE DÓNDE VENIMOS, Y SOBRE TODO, A DÓNDE VAMOS


Los parlamentarios españoles, obsesionados con la igualdad de sexo, dejan a un lado los problemas esenciales de la población y pierden el tiempo y nuestro dinero en regular la posición de nuestros apellidos o la desaparición del libro de familia. Su objetivo: convertirnos en unos meros códigos de barras.
Ya no importan los millones de parados, la dificultad del acceso a la vivienda, la escasez de ideas para sacarnos de la crisis o los cientos de miles de personas que son atendidos por la beneficencia. Para los políticos del gobierno y sus acólitos estas realidades deben quedar sutilmente ocultas. Para ello crean numerosas cortinas de humo que desvían el foco de lo esencial. Ahora en la prensa o los telediarios se habla principalmente del machismo del alcalde de Valladolid, la obsesión de Dragó por la “lolitas” o si los niños juegan al fútbol y las niñas a las muñecas durante los recreos…
Desde mi blog propongo a sus señorías del parlamento español que nos dejen elegir a cada uno el apellido que queramos. Si pudiéramos apellidarnos Chaves, Griñan, Pajín, Bono, Aznar, Camps… no careceríamos ninguno de trabajo. Al fin y al cabo la regla básica que impera en España dice: “el que tiene padrino se casa y el que no, no se casa”. 


3 comentarios:

  1. Si mi mujer me ha poner problemas con lo de los apellidos, vamos a tenerla. Los políticos sólo nos buscan problemas.

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  2. Aunque ellos quisieran cambiar de apellidos, sería fácil seguirles el rastro por la de miles de parados, arruinados y jodidos que van dejando por el camino

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  3. El enchifismo en España es enfermizo. Estoy de acuerdo que ninguno de los familiares de los mencionados en el post pisan las oficinas del paro. Son todos unos caraduras.

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