Gloria Arroyo, presidenta de Filipinas ha otorgado a las compañías mineras concesiones en los últimos paraísos de biodiversidad, sin atenerse a que fueran zonas "restringidas" y protegidos por la ley. La sociedad civil está pidiendo la detención de la minería en los últimos bosques tropicales filipinos al nuevo presidente electo "Noynoy" Aquino, pero hasta fecha las protestas han sido ignoradas.
La tragedia es la conversión en plantaciones de palma las tierras indígenas en barbecho, y las áreas de acopio de productos forestales no maderables. Sin estas zonas la alimentación, construcción de viviendas, medicinas y otros propósitos como la cestería se verían seriamente amenazados: están amenazando el autoconsumo de los indígenas.
Como si esto no fuera poco, las compañías mineras construyen carreteras dentro de los bosques afectando irreversiblemente las reservas de agua, causando deforestación, erosión del suelo y corrimientos de tierra, socavando las fuentes del sustento de las comunidades indígenas y pequeños campesinos.
Las organizaciones indígenas Ancestral Land/Domain Watch ALDAW (Observatorio de las Tierras Ancestrales), hacen un llamamiento al gobierno filipino para que detenga la expansión de las plantaciones de palma y la construcción de carreteras para la minería. También piden la cancelación de concesiones mineras.
Si deseas apoyar estas exigencias, por favor, firma la carta: traducción al español de la carta clickeando aquí.
Destruyamos y destruyamos que algún paisaje quedará para los que nos sigan.
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