El grupo de activistas "Anonymous" lo forman unas identidades misteriosas del mundo virtual-digital, que apoyan a Julián Assange. En los últimos días ha atacado las páginas de internet de Mastercard, Visa y PayPal. Su lucha es contra la censura, provocando un “ciberconflicto”, y anunciado a través Twitter, cuya cuenta ha sido ya cerrada, boicots a otras páginas como las de Amazon.
Según se rumorea, Anonymous tiene vínculos estrechos con la página web 4chang.org y sus objetivos anteriores eran principalmente empresas que defienden el copyright. Además, también se enfrentaron a la iglesia de la Cienciología.
El objetivo principal de este grupo, como el de Wikileaks, es recoger información de los gobiernos y sacarlas a la luz.
En sus mensajes citan a los padres de la patria americana como Abraham Lincoln y Benjamin Franklin: "Los que niegan la libertad a los demás no la merecen ellos mismos" y "Quien renuncia a su libertad por seguridad, no merece ni libertad ni seguridad".
Defienden ante todo la libertad de expresión en todos los lugares de la tierra y en todas sus formas. Para ello han pedido a sus seguidores que realicen un video denunciando todo aquello escandaloso y que se cuelguen en Youtube. Sin duda esta propuesta es brillante, aunque dudo que en España haya mucha gente que se atreva a hacerlo: ya se sabe que “el se mueve no sale en la foto”, y el trabajo está muy difícil como para meterte a denunciar y hacerte notar.
Por cierto, no estaría nada mal que se supiese dónde viven los controladores, me dijo ayer uno de los pasajeros que no pudo ir a ver a sus padres, después de un par de años de voluntario en Bolivia.
Campañas como la de Anonymous son necesarias en más ámbitos de la denuncia social.
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