miércoles

¿TENEMOS LOS FUNCIONARIOS QUE NOS MERECEMOS?


Hay que reconocer que nadie se rasgó las vestiduras por el tijeretazo que el gobierno Zapatero les metió a los funcionarios. En España todavía perdura la esencia que Larra urdió en el artículo Vuelva usted mañana y de eso hace la friolera de 177 años. Tenemos que considerar que los funcionarios se ganan a pulso esa deplorable imagen: huelga de los controladores, empleados de AENA, maquinistas de RENFE o muchos de los empleados públicos que nos atienden en las diversas administraciones públicas.
Los funcionarios y enchufados en la administración están jugando con reglas diferentes a los demás trabajadores del país, muchos de ellos acuciados por los ajustes de plantilla, la temporalidad y unos despidos que son subvencionados por la administración central con los famosos ERES; todo ellos sin contar que los sueldos han sufrido una considerable merma en el sector privado.


En España si no trabajas para una gran empresa o la administración, no tienes derecho a casi nada. Tienes que pertenecer a Renault, Telefónica o al Santander para que te traten con cierto respeto. En esta empresas los sueldos son más elevados, los sindicatos tienen cogido de los huevos a los directivos, y si se les ocurre hacer un expediente de regulación de empleo, te indemnizan fuertemente o te prejubilan con cuarenta años. 
La idea generalizada de que el funcionariado es un cuerpo laxo, con excesivos privilegios y sobredimensionado para la productividad que desarrolla. Tener un empleo fijo para toda la vida  es visto por parte el resto de la ciudadanía como una bicoca. Pero, ¿están justificadas esas críticas?
Todos tenemos desagradables experiencias frente a una ventanilla o una reclamación. El silencio administrativo campa a sus anchas entre las distintas administraciones, pero cuando se trata de multarte o de embargar tu cuenta corriente por cualquier anomalía, el funcionario se solícito como un desalmado pistolero del oeste americano.
Igualmente hemos visto por la televisión a unos funcionarios de justicia de Valencia que fichaban y se volvían a ir, ¿El ministerio de justicia ha solucionado ya esto? ¿Se han dado las explicaciones pertinentes?
Aunque también nos hemos topado alguna vez con el empleado público eficaz y nos hemos pellizcado para ver si se trataba de un sueño. De la misma manera podemos hablar de los médicos y las enfermeras que nos atienden en consultas y hospitales, de los bomberos o de algunos profesores esforzados que pelean con la desmoralizada y poco incentivada población adolescente. Aquí podemos aplicar el dicho de que pagan justos por pecadores…


El sentimiento más extendido entre los ciudadanos hacia los funcionarios es una mezcla de inquina y envidia. Envidian ese puesto de trabajo seguro, pocos los que rechazarían, pero la mayoría cree que una buena cantidad de funcionarios no dan un palo al agua y encima, se quejan porque les han recortado el sueldo una media de un 5%. Todo esto viene a formar parte de los mitos y leyendas de los funcionarios.



2 comentarios:

  1. Los españoles nos la cogemos con papel de fumar. La mayoría de los funcionarios tratan mal a los ciudadanos y son ineficaces. Lo del desayuno a las 10 es una vergüenza.

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  2. Los malos funcionarios son el azote de nuestro país. Son un mal ejemplo que solo pretende perpetuar la corrupción.

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